El secreto del Doctor Knoch
Knoch, más conocido como el siniestro «Doctor Noche», momificó y practicó con numerosos cadáveres, las mascotas de los fallecidos y hasta con un presidente del gobierno
El Ávila es una cadena de montañas de la cordillera de la costa que funge como pulmón vegetal y protector de la ciudad de Caracas desde tiempos inmemoriales. Es el boscoso armazón que separa la ciudad del puerto de la Guaira. Pero también, en sus entrañas, fue donde un enigmático médico alemán hizo realidad lo impensable: elaborar una fórmula que permitiese la momificación de las personas sin extraer las vísceras. Esta es la historia del Dr. Knoch y sus momias.
Gottfried August Knoch (1813-1901) fue un médico alemán que se estableció en Venezuela en 1840, logrando revalidar su título y residiendo en el puerto de la Guaira, donde refundó el Hospital San Juan de Dios y, al mismo tiempo, adquirió notoriedad entre los habitantes como médico caritativo que combatía el cólera y otras enfermedades tropicales. Pero sus estudios o la filantrópica función de ayudar a los convalecientes no fue lo que le hicieron famoso. En silencio, el alemán experimentaba con cadáveres de las víctimas de la Guerra Federal que sustraía de noche y trasladaba hasta un laboratorio ubicado a un lado de su casa en la Hacienda Buena Vista. De pronto, los pobladores de Galipan y la Guaira empezaron a llamar al ilustre Dr. Knoch «Kanoche», para luego transformarlo en el más enigmático «Dr. Noche» como lo bautizaron algunos lugareños. Para dar rienda a su fascinación y persistencia por evitar el inexorable proceso de descomposición de los cuerpos, creó un líquido que inyectaba en el torrente sanguíneo y conservaba al cadáver sin necesidad de extraer sus órganos. Así, el doctor momificó varios cuerpos y los mantuvo en su laboratorio.
LA ARISTOCRACIA Y EL DOCTOR NOCHE
Su misteriosa fórmula llego a oídos de los hijos de Tomas Lander, uno de los artífices del Partido Liberal, que le propusieron momificar al ilustre, al cual pusieron en la biblioteca de su casa, hasta que por solicitud del presidente Antonio Guzmán Blanco, fue enterrado. Esta fama le llevó a momificar al presidente Francisco Linarez Alcántara, efímero presidente de Venezuela que murió envenenado. No solo le inyectó el líquido a celebridades de la política, sino que el número de habitantes de la Hacienda Buena Vista fue creciendo, momificando paulatinamente uno por uno hasta albergar un panteón familiar con numerosas momias, entre ellas, Anna Knoch de Muller, Wilhelm Knoch, Heinrich Muller, Josephine Weissmann, Amalie Weissmann y el mismísimo Gottfried Knoch, a los que se le unieron algunas mascotas familiares y un soldado de la federación que vistió y colocó con un fusil en mano a las puertas del mausoleo.
Después de la muerte de sus habitantes y con la leyenda negra de que en el lugar se practicaban rituales de brujería, los habitantes de Galipan saquearon la hacienda y el laboratorio en búsqueda de piezas de oro. Las momias fueron desmembradas por estudiantes de medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV), los cuales accedieron en varias oportunidades al mausoleo para extraer partes de los cadáveres en una infructuosa búsqueda del componente secreto del líquido embalsamador. Hoy en día se sabe que el componente principal del líquido que inyectaba el medico bávaro era cloruro de aluminio (AlCl3), junto a otros componentes todavía hoy desconocidos.
En la actualidad, del Dr. Noche y sus momias solo queda el mausoleo en el Ávila, rescatado por una fundación que se encarga de preservar la estructura y de poner momias plásticas en los ataúdes de cristal.
El Ávila es una cadena de montañas de la cordillera de la costa que funge como pulmón vegetal y protector de la ciudad de Caracas desde tiempos inmemoriales. Es el boscoso armazón que separa la ciudad del puerto de la Guaira. Pero también, en sus entrañas, fue donde un enigmático médico alemán hizo realidad lo impensable: elaborar una fórmula que permitiese la momificación de las personas sin extraer las vísceras. Esta es la historia del Dr. Knoch y sus momias.
«En silencio, el alemán experimentaba con cadáveres de las víctimas de la Guerra Federal que sustraía de noche y trasladaba hasta un laboratorio ubicado a un lado de su casa»
Gottfried August Knoch (1813-1901) fue un médico alemán que se estableció en Venezuela en 1840, logrando revalidar su título y residiendo en el puerto de la Guaira, donde refundó el Hospital San Juan de Dios y, al mismo tiempo, adquirió notoriedad entre los habitantes como médico caritativo que combatía el cólera y otras enfermedades tropicales. Pero sus estudios o la filantrópica función de ayudar a los convalecientes no fue lo que le hicieron famoso. En silencio, el alemán experimentaba con cadáveres de las víctimas de la Guerra Federal que sustraía de noche y trasladaba hasta un laboratorio ubicado a un lado de su casa en la Hacienda Buena Vista. De pronto, los pobladores de Galipan y la Guaira empezaron a llamar al ilustre Dr. Knoch «Kanoche», para luego transformarlo en el más enigmático «Dr. Noche» como lo bautizaron algunos lugareños. Para dar rienda a su fascinación y persistencia por evitar el inexorable proceso de descomposición de los cuerpos, creó un líquido que inyectaba en el torrente sanguíneo y conservaba al cadáver sin necesidad de extraer sus órganos. Así, el doctor momificó varios cuerpos y los mantuvo en su laboratorio.
LA ARISTOCRACIA Y EL DOCTOR NOCHE
Su misteriosa fórmula llego a oídos de los hijos de Tomas Lander, uno de los artífices del Partido Liberal, que le propusieron momificar al ilustre, al cual pusieron en la biblioteca de su casa, hasta que por solicitud del presidente Antonio Guzmán Blanco, fue enterrado. Esta fama le llevó a momificar al presidente Francisco Linarez Alcántara, efímero presidente de Venezuela que murió envenenado. No solo le inyectó el líquido a celebridades de la política, sino que el número de habitantes de la Hacienda Buena Vista fue creciendo, momificando paulatinamente uno por uno hasta albergar un panteón familiar con numerosas momias, entre ellas, Anna Knoch de Muller, Wilhelm Knoch, Heinrich Muller, Josephine Weissmann, Amalie Weissmann y el mismísimo Gottfried Knoch, a los que se le unieron algunas mascotas familiares y un soldado de la federación que vistió y colocó con un fusil en mano a las puertas del mausoleo.
EN EL CENTRO, LA MOMIA DEL SOLDADO DE LA FEDERACIÓN JOSÉ PÉREZ, QUE CUSTODIABA EL MAUSOLEO, JUNTO A UNA PAREJA DE INVESTIGADORES
Después de la muerte de sus habitantes y con la leyenda negra de que en el lugar se practicaban rituales de brujería, los habitantes de Galipan saquearon la hacienda y el laboratorio en búsqueda de piezas de oro. Las momias fueron desmembradas por estudiantes de medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV), los cuales accedieron en varias oportunidades al mausoleo para extraer partes de los cadáveres en una infructuosa búsqueda del componente secreto del líquido embalsamador. Hoy en día se sabe que el componente principal del líquido que inyectaba el medico bávaro era cloruro de aluminio (AlCl3), junto a otros componentes todavía hoy desconocidos.
ÚLTIMA FOTOGRAFÍA DE LA ENFERMERA AMALIA WEISSMANN. ANTES DE MORIR, KNOCH DEJÓ SU FORMULA DE EMBALSAMAR PREPARADA PARA ELLA E INSTRUYÓ AL CÓNSUL ALEMÁN PARA QUE SE LA INYECTASE UNA VEZ QUE ESTA FALLECIESE
En la actualidad, del Dr. Noche y sus momias solo queda el mausoleo en el Ávila, rescatado por una fundación que se encarga de preservar la estructura y de poner momias plásticas en los ataúdes de cristal.
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