GARY LEON RIDGWAY "EL ASESINO DEL RIO VERDE"
Nació en Salt Lake City, capital del estado estadounidense de Utah el 18 de febrero de 1949 Se sabe que su madre era absolutamente estricta y que dominaba con mano de hierro a los integrantes de la familia, especialmente a Ridgway. Familiares recuerdan que su madre jamás lo quiso y que constantemente le gritaba a su esposo y que hasta llegó a romperle un plato en la cabeza. y fue, igualmente ella, quien desató problemas sexuales en Gary al tener un comportamiento incoherente que por un lado la hacía ser una mujer religiosa mientras que, por otro, la impulsaba a vestirse de forma muy provocativa, semejante a la de las prostitutas por las que después Gary, al igual que con su madre, experimentaría atracción sexual y a la vez ira y desprecio.
En cuanto a su forma de ser en aquel entonces, algunos de sus ex-compañeros de colegio lo describieron como alguien agradable pero fácil de olvidar. Sorprende así que, a sus 16 años, Gary haya cometido algo tan atroz como llevarse a un niño de seis años al bosque para apuñalarlo en las costillas y luego, según contó años más tarde la víctima, alejarse riendo tras decir: “Siempre me he preguntado cómo sería matar a alguien”. Lo describieron como una persona amistosa pero extraña. Mientras caminaba casa por casa hablando sobre la Iglesia Pentecostal a la que asistía, este hombre desarrollaba cada día más una obsesión por las prostitutas además de estar sufriendo una anomalía en su comportamiento sexual. Sus primeros dos matrimonios estuvieron plagados de infidelidades de ambas partes. Ridgway ha contraído matrimonio tres veces y tiene un hijo. Es considerado uno de los asesinos en serie más prolíficos en la historia criminal de los Estados Unidos.
Fue a su entrada en la Marina cuando Gary
empezó a volverse adicto a las prostitutas
y contrajo gonorrea, por la cual
culpó a las prostitutas, incrementando
así el odio previo que les tenía en tanto
que le recordaban a su madre.
empezó a volverse adicto a las prostitutas
y contrajo gonorrea, por la cual
culpó a las prostitutas, incrementando
así el odio previo que les tenía en tanto
que le recordaban a su madre.
En líneas generales, el método de Gary consistía en contratar a una prostituta, subirla al carro, mostrarle la foto de su hijo para que la prostituta crea que estaba ante una persona buena e incapaz de matar, tener sexo con la prostituta y luego matarla con estrangulamiento. Generalmente mataba a las víctimas en su casa, pero a veces también en el carro o incluso en un lugar apartado como el bosque: si las mataba en casa, tenía sexo con ellas en casa; si las mataba en el carro, tenía sexo con ellas en el carro y, si las mataba en el bosque o en algún otro lugar, era que la chica había aceptado tener sexo en el bosque o el lugar elegido por Gary.
Gary mató a muchas de sus víctimas en su propia casa. Según dijo, una de sus estratagemas era llevar a la prostituta contratada al cuarto de su hijo Mathew, antes de lo cual ya le había mostrado la imagen de aquel para dar la impresión de ser un hombre tierno y nada peligroso. Entonces, en palabras del propio asesino, al ver el cuarto del hijo la prostituta se diría: “Hey, este chico tiene un hijo. Él no va a lastimar a nadie. Su nombre está escrito en la puerta, el cuarto está vacío y tiene su litera allí, con los juguetes en el suelo”.
Según se supo por informantes y por el propio Ridgway, él usualmente negociaba con la chica el llamado “mitad y mitad”, cosa que en realidad consistía en sexo oral seguido de penetración. Así mismo Ridgway deseaba que la chica estuviera con tan poca ropa como le fuera posible (que no se deje medias ni nada) y siempre le solicitaba usar el baño antes de iniciar el intercambio sexual pues, en su retorcida mente, sabía por experiencia que las víctimas por estrangulación tienden a manifestar episodios de incontinencia, el dijo a la policia: “Yo no quería que se cagaran en la cama, esa era la principal razón”. tambien dijo que nunca disparó o usó otro método porque estrangular era más personal y satisfactorio y él era muy bueno en eso…
Casi todas las víctimas eran prostitutas y tenían entre 15 y 31 años. Escalofriante cifra de 49 mujeres fueron víctimas de uno de los mayores criminales en la historia de Estados Unidos y es que durante casi 20 años fueron asesinadas en la ciudad y en el vecino estado de Oregón durante los años 80 por un criminal que los burló con una especial habilidad. Los cuerpos de mujeres blancas y negras y algunas prostitutas, aparecieron semidescuartizados y ocultos entre la maleza del río. Todas ellas fueron violadas repetidamente
Casi todas las víctimas eran prostitutas y tenían entre 15 y 31 años. Escalofriante cifra de 49 mujeres fueron víctimas de uno de los mayores criminales en la historia de Estados Unidos y es que durante casi 20 años fueron asesinadas en la ciudad y en el vecino estado de Oregón durante los años 80 por un criminal que los burló con una especial habilidad. Los cuerpos de mujeres blancas y negras y algunas prostitutas, aparecieron semidescuartizados y ocultos entre la maleza del río. Todas ellas fueron violadas repetidamente
Si de algo se cuidaba mucho Gary era de dejar evidencias. “Bueno. En cierta forma yo me sentía un tanto orgulloso de no ser descubierto haciendo…cosas como remover las ropas. No dejar nada…ninguna huella digital, usar guantes…No presumir acerca de eso. No hablar de eso.”, dijo el asesino luego de su detención. Incluso era tal su prudencia que, cuando la víctima lo había rasguñado en medio del forcejeo, Gary le cortaba las uñas antes de ir a dejar su cuerpo al bosque, de modo que, si la Policía encontraba el cadáver, no pudiese hallar restos de su piel. Otras veces colocaba evidencias falsas como colas de cigarrillos o goma de mascar, siendo que él nunca fumó ni fue adepto a los chicles. El ejemplo perfecto de estas estrategias encaminadas a sembrar la confusión fue cuando Gary tomó la licencia de conducir de una víctima y la dejo en el Sea-Tac Airport para dar la idea de que la víctima se había ido de la localidad.
Gracias a los avances en las técnicas empleadas para identificar el ADN se demostró su culpabilidad. Desde el verano de 1982 a marzo de 1984, se identificaron los cuerpos de 42 víctimas
En octubre de 1983 Ted Bundy, que estaba en el corredor de la muerte (sección de la prisión para los condenados a muerte), se ofreció a colaborar con las investigaciones debido a que, igual que el Asesino de Río Verde, él había sido un asesino en serie de mujeres y podía ayudar a los detectives a indagar en la mente del Asesino de Río Verde y a predecir sus movimientos y descifrar posibles estrategias. Entre otras cosas, Ted dijo que el asesino probablemente conocía a algunas de sus víctimas y que probablemente más víctimas debían de haber sido enterradas en las áreas o cerca de las áreas donde se habían encontrado los cadáveres. Bundy también dio mucha importancia a las diferentes áreas de los cadáveres encontrados; pues, para él, el conjunto de las áreas sugería que cada grupo o lugar se había establecido cerca de la casa del asesino.
En 1983 interrogaron nuevamente a Ridgway cuando el novio de una prostituta desaparecida reportó que, el último vehículo en que vio a su novia el día en que ésta desapareció, era un vehículo que tenía las mismas características que el de Ridgway
Apenas un año después, Ridgway fue arrestado por haber sido sorprendido solicitando servicios sexuales, puesto que la supuesta prostituta en realidad era una mujer policía encubierta que, a diferencia de otras, parece que sí aceptó mostrarle los pechos y la vagina a Ridgway, ya que éste pedía que le muestren eso porque pensaba que una agente encubierta no se atrevería a hacerlo. Ya en la comisaría, Ridgway fue sometido a la prueba del bolígrafo (y la pasó), en la cual se ve si el sospechoso miente o no a través del pulso y otros aspectos de su caligrafía. Debido a este incidente y a que le iba bien en su relación con Judith Mawson, Ridgway fue disminuyendo su ritmo asesino y cada vez se reportaron menos denuncias de mujeres desaparecidas.
Los investigadores examinaron su historial de trabajo y determinaron que nunca estuvo en el trabajo durante los días en que muchas de las víctimas habían sido reportadas como desaparecidas. Sumado a eso algunas prostitutas habían reportado que cierto hombre cruzaba a menudo el camino que Ridgway usaba para ir y volver del trabajo: esto, debido a que la descripción que dieron del hombre concordaba con el aspecto de Ridgway, aumentó fuertemente la sospecha de que él podría ser el Asesino de Río Verde.
El 8 de abril de 1987 la Policía registró la casa de Ridgway. En todo caso sometieron a Ridgway a una prueba de polígrafo que pasó y, tras eso y con el consentimiento de Ridgway, le tomaron muestras de pelo y un hisopo con su saliva, tras lo cual lo soltaron por falta de evidencias en su contra.
Muchas de sus victimas
Gary Leon Ridgway, de 54 años se declaró, el 5 de noviembre de 2003, culpable de haber matado a 48 mujeres en dos décadas, lo que lo convirtió en el mayor Asesino en Serie más prolífico de la historia de Estados Unidos
Gary negaba ser necrófilo, aunque posteriormente fue admitiendo su tendencia de forma gradual. Primero confesó que solía eyacular inmediatamente después de acabar con la víctima mediante el estrangulamiento, luego admitió que muchas veces había regresado para tener sexo con el cadáver. Inclusive contó que, en unos pocos casos, los cadáveres con los que fornicó habían empezado a agusanarse…
Gary llora mientras lee un comunicado 18 de diciembre 2003, en Seattle.
Se ha dicho que Gary era tan implacable que, a pesar de que sus víctimas le rogaron piedad muchas veces, Gary no desistió en el propósito de liquidarlas. Sin embargo poco se conocen estas palabras del asesino: “Yo lloré, sí lo hice, y esa era la parte buena de mí. Yo lloré, pero aún así las maté y no me importaron en absoluto”. Se ve en tales palabras a un asesino que, aunque implacable, no era de hielo y tenía por lo menos un mínimo de empatía, tal y como reflejan confesiones suyas en las que cuenta que una vez vio de frente a una víctima de 16 años, jadeando con tal desesperación que, desde ese día, Gary empezó a ahorcar a sus víctimas por atrás porque “no quería imágenes como esas” en su memoria. “Ella me está mirando y…y…tratando de hacer que me detenga. “¡Por favor, por favor no!”. Pero yo todavía sigo estrangulándola. Yo no podía dejarla ir.”, dijo Gary recordando aquel día.
No obstante, en opinión del autor de The Riverman: Ted Bundy and I Hunt for the Green River Killer:‹‹Él asesinó a sus víctimas deliberadamente, metódicamente, sistemáticamente. Él estaba libre de cualquier preocupación moral. En cinco meses de entrevistas con investigadores y psicólogos forenses, él no mostró empatía por sus víctimas ni expresó genuino remordimiento. Él mató porque quería. El mató porque podía.›› Semejante es la opinión de Mark Prothero en su libro Defending Gary: Unraveling the Mind of the Green River Killer, quien agrega a lo anterior la teoría de que Gary tenía una enorme capacidad para sentir cualquier emoción idónea para adaptarse a las exigencias del contexto en que estuviese: Pero luego recordé que la fortaleza de Gary ha sido siempre su adaptabilidad, su capacidad para ser lo que sea que la gente espere de él. A pesar de su pobre educación, a pesar de su inteligencia por debajo del promedio, Gary fue, creo yo, el más fino Actor del Método* que haya vivido. No era algo consciente tanto como era algo instintivo. Él podía llorar donde sea que quisiera y dejarlo de hacer abruptamente. Si tú querías remordimiento, él podía hacerlo. Si tú lo querías loco, triste, estúpido, inteligente, avergonzado, presuntuoso, pecaminoso o religioso, él podía hacer todo eso, y tú serías convencido. Yo he visto todos esos estados, en otros, durante todos los años desde la noche en que lo vi por primera vez, y especialmente durante nuestro tiempo en el bunker. Él era, como alguna vez observó el Dr. O `Toole, un camaleón, siempre armonizándose, siempre dándote lo que esperabas, siempre listo para complaces. Y ese era, de hecho, su rasgo más mortal.
Se ve así que, en la opinión de expertos, Gary era simplemente un actor nato; pero entonces, si solo actuaba: ¿por qué tenía miedo de mirar los ojos de sus víctimas? Parece lo más lógico el suponer que en general Gary era una especie de actor nato —que no fingía las emociones, sino que las creaba para adaptarse a la situación—, sin embargo y al tener en cuenta que no mentía (esto se sabe por ciertos métodos) cuando decía que evitaba mirar los ojos de sus víctimas al estrangularlas, surge la pregunta de hasta qué punto era Gary Ridgway un actor nato…
El plan era: "quería asesinar a tantas mujeres que yo consideraba prostitutas como pudiera", dijo Ridgway "Otra parte de mi plan fue el lugar donde coloqué los cuerpos. Les quité la ropa y objetos personales para no dejar evidencia de quienes eran y así resultaría más difícil su identificación. Puse la mayor parte de los cuerpos en grupos, como si fueran "racimos." Hice esto porque deseé no perder de vista a todas las mujeres que maté. Tuve el gusto de hacer un gran racimo alrededor del condado. Utilicé generalmente una señal para recordar a un "racimo" (grupo de mujeres). Mi intención fue crear racimos nuevos para no volver a los anteriores y ser pillado." A todas las estranguló, unas se le resistieron más que otras pero ninguna pudo escapar de sus manos
Gary se había propuesto la misión de exterminar a todas las mujeres posibles que el considerase prostitutas, a las cuales consideraba “basura” y “por eso las cubría con basura”. Así mismo, Gary declaró cosas como: “elegí a las prostitutas porque creí que podría matar cuantas quisiera sin ser atrapado” y también dijo “odio a las prostitutas y no quería pagar por tener sexo con ellas”. Principalmente Gary mataba prostitutas porque, además de odiarlas debido a que le habían contagiado gonorrea, éstas le recordaban a su propia madre, por lo que al matarlas y tener sexo con ellas lograba realizar, de manera simbólica, tanto las fantasías homicidas que tenía hacia su madre como las fantasías sexuales que ésta había despertado en él de niño por vestirse de forma provocativa. Finalmente, Gary mostró un desprecio general a la mujer diciendo: “para mí las mujeres son algo para tener sexo, matar y tomar de vuelta el dinero” Ridgway sería sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de reducción de la pena.
*El Método o “Method Acting” era una técnica actoral a través de la cual el actor creaba (no fingía: CREABA) dentro de sí mismo las emociones y los pensamientos de su personaje, de manera que el personaje aparecía como si en verdad estuviese vivo.
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