“Carpe Diem”



“Aprovecha el día” o “disfruta el momento presente”. Es un consejo que da el poeta romano Quintus Horatius Flaccus –mejor conocido por nosotros como Horacio (65 a.C.-8 a.C.)– a una mujer llamada Leuconoe en una de sus Odas.



Tu ne quaesieris, scire nefas, quem mihi, quem tibi

finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios

temptaris numeros. Ut melius, quidquid erit, pati!

seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum: sapias, vina liques, et spatio brevi
spem longam reseces. dum loquimur, fugerit invida
aetas: carpe diem quam minimum credula postero.

Quintus Horatius Flaccus, Odae (I, 11).





traducción:

No indagues (que saberlo es contrario a la voluntad divina), oh Leuconoe, que fin nos guardan los dioses para mí y para ti, ni tantees los cálculos babilonios para adivinarlo.

¡Es mejor soportar lo que haya de ser!

Sea que Júpiter nos conceda varios inviernos más o si decidiera que este, cuando las rocas están siendo azotadas por las olas del mar Tirreno, sea el último: Se inteligente, bebe tu vino y olvídate del breve tiempo que queda acortando la larga esperanza.

Mientras estamos hablando, el tiempo envidioso se nos escapa: Vive el día de hoy y confía lo menos posible en el mañana.

Quinto Horacio Flaco, Odas (I:11)


Consejo parecido lo brinda el poeta hispanorromano Marcus Valerius Martialis –mejor conocido por nosotros como Marcial (40-104.)– (al final de su epigrama nº 15 del libro I):



«Non est, crede mihi, sapientis dicere ‘Viuam’ sera nimis uita est crastina: uiue hodie.» (Martialis, Epigrammaton liber primus: 15 )

[«Créeme, no es sabio decir ‘viviré’, la vida del mañana es demasiado tarde: vive hoy.»]



Por todo lo explicado anteriormente, Carpe diem es una invitación a vivir el hoy sin preocuparse del mañana, es decir, disfrutar el momento sin pensar que depara el futuro. Ya que el futuro es incierto, y lo único que es verdaderamente real es el presente. Una frase motivadora que quiere expresar que es importante disfrutar la vida minuto a minuto ya que al final todos morimos y solo tenemos una vida.

Hay quién no está de acuerdo con esta filosofía de vida. Pero en cambio otras la han adoptado como el leitmotiv (estilo de vida) de su existencia y que piensan que se ha de vivir cada día como si fuera el último. Por ese motivo no es extraño ver que muchas personas se tatúan o quieren tatuarse en su cuerpo esta expresión.



No todo el mundo está de acuerdo con esta filosofía ni este estilo de vida. No coinciden con el consejo o advertencia que nos hace esta expresión latina. Este colectivo opina que es una gran irresponsabilidad afrontar la vida solo viviendo el presente sin pensar o guardar algo para el futuro.



Sin duda, esta invitación a aprovechar el momento viviendo el aquí y ahora sin preocuparse tanto por el futuro y el mañana ganó mucha popularidad a través del film de Peter Weir llamado El Club de los Poetas Muertos.
Protagonizado por Robin Williams, Ethan Hawke y Robert Sean Leonard, tuvo un gran éxito en su día, e incluso fue premiado con un Óscar. En el mismo, un profesor de literatura intenta motivar a sus alumnos para que aprovechen su vida, para que saquen todo el meollo, y ello por medio de poetas como Walt Whitman.
Desde entonces, Carpe diem gozó de gran presencia, puesto que es una frase que el profesor repite a sus alumnos. Así pues, en estos últimos 30 años se ha popularizado tanto que es habitual verla en redes sociales y blogs como sentencia motivadora para que no pensemos tanto en el futuro y sí en lo que tenemos aquí y ahora. La vida es breve y hay que aprovecharla al máximo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“Si vis pacem, para bellum

Oscuridad, Lord Byron

​Los 22 niveles de maldad